A confesión de parte, relevo de pruebas
Durante los últimos 10 años de gobierno de Evo y el MAS, han
venido sistemáticamente mintiendo que la hoja de coca del Chapare es legal y se
consume en el acullico.
El terrible engaño empezó perpetrándose con el acuerdo que
impuso Evo a Carlos Mesa, cuyas exigencias además de la amnistía, fue el
Decreto Supremo que autorizaba un cato de hoja coca por familia en el Chapare. Tras
ser electo Evo en diciembre de 2005, dispuso que el término ‘familia’ fuera
reemplazado por ‘afiliado’, lo que hizo que la cantidad de coca en el trópico
de Cochabamba se dispare. Tres años les tomó a los cocaleros y los narcos
resembrar los cientos de catos de coca erradicados y multiplicar el delito de lesa
humanidad del narcotráfico.
La ley 1008 vigente reconoce como legales 12.000 hectáreas de
coca solo en la zona de Los Yungas de La Paz. Toda la otra hoja de coca en
cualquier parte del país es ilegal y debe ser erradicada. Estableciendo
inequívocamente que toda la hoja de coca del Chapare es ilegal, como todos los
sindicatos, federaciones y cuya actividad es un delito.
Evo Morales en campaña afirmó que en su próximo Gobierno, se consolidará la legalización de parcelas de
hojas de coca del Chapare que están
al margen de la ley. En un discurso en esa región se refirió a los catos de
coca, que son parcelas de 1.600 metros cuadrados, de los productores de las
federaciones del Chapare, que este domingo lo ratificaron como su máximo
dirigente por dos años más. Dijo: "Esta gestión, después de las
elecciones, debe ser para consolidar mediante la ley el ‘cato’ de coca. Esa
debe ser nuestra responsabilidad porque en este momento, hermanos y hermanas,
solo con la fuerza sindical estamos haciendo respetar el ‘cato’ de coca".
Esta confesión de Evo prueba una vez MAS, que toda la
actividad cocalera del Chapare está al margen de la ley. Que todo responde a
una estrategia delictiva, que está unida a su condición de máximo dirigente de
ese sector cocalero. Que el DS. de Mesa no tuvo ningún valor jurídico, todo
respondió solo a una negociación política, ya que un DS. no está por encima de
una ley. Que los Presidentes posteriores a Mesa que no derogaron ese DS y no
cumplieron la ley 1008 cometieron el delito de omisión y MAS. Evo intentará
derogar la ley 1008, no solo para quedar impune sino para seguir engañando, haciendo
creer que el mal se puede convertir en bien, que el veneno se puede convertir en medicina y que los sembradíos
ilegales del Chapare terminen siendo legales.
La ruta está muy clara y tiene varias vertientes. Desde el
orden internacional ONU a través de su oficina de Naciones Unidas contra las
Drogas y el Delito (UNODC) En Bolivia se ha pronunciado a favor de derogar la
ley 1008 y "modernizarla". El gobierno ha despilfarrado cientos de millones
de dólares en la creación de empresas industrializadoras de la hoja de coca; el
nuevo estudio de la demanda de la coca en todo el país; la politización de la
lucha contra la droga con el repetido nombre de nacionalización; el avasallamiento
del MAS y sus cocaleros en parques, reservas forestales y ríos de la geografía
nacional; con la justificación de usos medicinales, ancestrales, culturales y
el acullico.
Todo ha quedado al descubierto: el fracaso de las empresas de
industrialización, donde la malversación es el denominador común de la
corrupción; el estudio escondido por años y anuncios manipulados han sido el
medio para seguir justificando los cocales ilegales, buscando aumentar las
cocales ilegales solamente del Chapare; la politización de la lucha solo ha
servido para el asalto a los cargos, exclusivamente por dirigentes cocaleros
del Chapare; el caso de Luis Cutipa develó la MAS monstruosa corrupción en el
descontrol de la coca, que termina siempre con el narco; la masacre del TIPNIS,
su impunidad, el avasallamiento de los parques Carrasco, Amboró y la reserva
del Choré son innegables y su destrucción irreparable; sumada a la gastada
justificación de lo cultural y medicinal que ya fue previsto en las 12.000 Has.
en los Yungas.
Esto es lo que protege, incentiva y promueve que Bolivia sea un
país tomado por el narcotráfico, donde su inmensa economía negra ha penetrado
todas las capas sociales, corrompiendo una sociedad golpeada por el desempleo,
la falta de oportunidades y el despilfarro de la mayor bonanza económica en
lujos, placeres y palacios para la cúpula del gobierno.
La institucionalidad está sometida al Poder Ejecutivo, la
justicia es un apéndice, la Fiscalía un brazo represor y la Contraloría no
existe. El Congreso perdió sus competencias de iniciativa legislativa,
fiscalización y gestión. Hoy se ha reducido a un mero trámite de las
necesidades del Ejecutivo e instrumento para amedrentar y perseguir al
adversario. La democracia ha sido reemplazada por un gobierno forajido.
Evo hoy nos recuerda que su compromiso político no es
terminar con la materia prima que nutre al narcotráfico, sino todo lo
contrario. Estrujándole a la comunidad internacional que esta década ha logrado
imponer unos cocales que por sus propias palabras son ilegales y por ende
delictivos. Concluyendo que ya no existe ninguna posibilidad de esconder la
presencia de los cárteles, de una violencia que suma crímenes horrendos a
diarios. Que la muerte, la drogadicción, la inseguridad, la contaminación, la
destrucción y la corrupción reinan en un país donde el narcotráfico se
fortalece cada día y busca terminar en este proceso electoral con la pequeña e
intermitente oposición.
El presidente de un país, jefe de los cocaleros ilegales por
MAS de 16 años, confiesa públicamente que lo que defendió y protege es ilegal,
y pide el voto para legalizar el cato que nutre al narco. "A confesión de
parte, relevo de pruebas".