El rotundo fracaso de Evo Morales y Rubén Costas, cuesta sangre, dolor y muerte.

El rotundo fracaso de Evo Morales y Rubén Costas, cuesta sangre, dolor y muerte.

Hoy una vez más la ciudad de Santa Cruz sufre una nueva tragedia, donde sus hijos son asesinados, a plena luz del día. Donde el fundamental derecho a la vida, fue arrancado de la forma más brutal y la inseguridad inhumana justificada con una millonaria manipulación mediática, que solo esconde el fracaso cobarde.

MAS de 11 años con todo el poder absoluto en el gobierno, la mayor bonanza económica de la historia republicana y el control total de la Gobernación SC. Solo sea construido un camino de promesas incumplidas, engaños, manipulaciones, cientos de planes de seguridad, equipos inútiles, traslados momentáneos de efectivos, discursos, publicidad y millones de justificaciones. Todo eso es POPULISMO PUNITIVO, hacer lo que el pueblo, la comunidad desesperada y llenas de miedo piensan que puede detener por algún momento el crimen y el horror que provoca.

En Bolivia no existe una política criminal, una verdadera política de Estado. Que combata el delito, en todas sus formas y desde sus raíces. Evo es y ha sido incapaz como presidente de brindarle la más mínima seguridad, proteger los derechos y garantizar la vida de los bolivianos. Promoviendo el narcotráfico y con ello todos los delitos conexos, convirtiendo al país en tierra de nadie. Donde el crimen internacional, cárteles, todo tipo de delincuentes han convertido gran parte de la geografía nacional, en tierra de nadie. Donde el delito parece no importarle a nadie.

Una Policía Nacional politizada, los altos mandos sometidos al régimen, muchas veces los pocos grupos especiales usados de motivadores de violencia política, o utilizados en verdaderas ejecuciones extrajudicial. Contaminados con la corrupción del régimen, sus comandantes han ido cayendo uno a uno y casi todos han terminados presos por un tiempo. Los otros grupos y la fuerza de lucha contra el narcotráfico han sido prácticamente desmantelada. Sin prestigio y equipó necesario languidece, solo los sacrificios humanos de jóvenes oficiales han atenuado de alguna forma el repudio de una población cansada y temerosa.

Es muy fácil acceder a YouTube y ver las conferencias de prensa de Percy Fernández, con el ministro Romero Antes del referéndum ofreciendo una millonaria inversión para la seguridad de los vecinos de la ciudad de Santa Cruz. La otra fue Rubén Costas, con el mismo ministro en la misma fecha, ofreciendo de nuevo la construcción de una nueva cárcel de Palmasola con crédito chino. Esto demuestra que Evo Morales, Percy Fernández y Rubén Costas vienen utilizando y politizando el tema de la seguridad por más de una década.

Desde la masacre de Palmasola, el terrible asesinato de Sophia Calvo Aponte, crímenes en la misma plaza principal, los cientos de asesinatos en las provincias donde el narcotráfico las convertido en verdaderas republiquetas, inseguridad que reina en barrios, canales de drenaje cuevas de drogadictos, que asaltan a transeúnte en busca de dinero para su vicio.

He seguido como millones en el país, el estéril debate que falsamente manipula el gobierno sobre la actuación de los policías que respondieron al pedido de auxilio. Evo con el único fin de callar y tapar el tema felicito a la policía, Costas pidió más efectivo, en su cínico juego que lo mantiene de Gobernador. El traidor de Percy se calló el pico y el presidente del Comité Cívico repitió como siempre lo que dijo Costas.

Nadie dice que los jueces masistas y corruptos dejaron libres a la mayoría de los criminales que mataron en el asalto joyería Eurochronos. Que los fiscales también masistas ya están tapando todo lo que perjudique a los intereses de Evo. Que nadie anuncio una investigación seria, ni tampoco la han pedido las autoridades departamentales y municipales.

Hasta ahora se repite en mi memoria una y otra vez esos vídeos, donde se ve como la vida no tiene ningún valor, que todo es una suma de delitos y una cadena de errores que conducen irreparablemente a la muerte. La tragedia de las familias de los fallecidos, el dolor que provocado en la sociedad y dolencia de los heridos que todavía se debaten entre la vida y la muerte, mantienen el caso vigente.

Todo está montado para desactivar la condena, el repudio y la indignación pública, de una población que no se cansa de expresar su solidaridad, hacer llegar sus condolencias y derramar sus lágrimas. Van hacer todo los que este a su alcance y lo que no también, para callar la exigencia de recuperar la libertad de caminar por las calles de la metrópolis cruceña sin miedo, de no convertir sus casas en verdaderas fortalezas, de vivir encerrados con pánico a los asaltos, con el corazón el la boca cuando no retorno un ser querido  y de ver como se multiplican una seguridad privada que solo la tiene a medias, porque no existe una norma que la regule y solo esta para el que puede pagar.

Que no repitamos el viejo y gastado libreto de solo condena la muerte en conferencia de prensa, de que las autoridades se hagan las solidarias y que un nuevo crimen tape la noticia de lo que acaba de sufrir el país. Todo demuestra que no se tomará ninguna medida de hecho para proteger la vida de miles que viven desamparados y esclavizados por el delito. 
Cuantos personas más deben morir para que dejen la politiquería, las ambiciones de perpetuarse en el poder, de buscar convertirnos en otra Venezuela, donde la hambruna, la muerte y el latrocinio hoy busca mantenerse a sangre y fuego. Esta demostrado que después de MAS de 11 años, si el pueblo y sobre todo la juventud no reacciona este será un camino sin retorno.