¡SALVEMOS El CHORÉ!
La inmensa riqueza de El Choré
Fue creada mediante Decreto Supremo el 3 de agosto del año
1966 con una superficie de aproximadamente 900.000 ha, ubicada a 160 kilómetros
al norte de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, con una extensión de
1.080.000 hectáreas, distribuidas entre las provincias Sara e Ichilo, con su
límite Sur en el paralelo 17º Latitud Sur; con la finalidad de preservar un
área boscosa de gran valor ecológico y a la producción en forma sostenible,
bajo un sistema de manejo adecuado del bosque aplicando los planes de manejo
forestal, que en la Ley 1700 corresponde a la categoría de tierras de
Producción Forestal Permanente.
Lamentablemente, desde la década de los 70, esta reserva ha
venido sufriendo procesos de invasiones y asentamientos por pequeños
agricultores, que se han introducido aprovechando las brechas y caminos
construidos para la extracción de madera, explotaciones petroleras y la
apertura de la vía férrea hacia el Beni. Esta invasión ha continuado y se ha
acentuado hasta la actualidad. Como consecuencia, la reserva quedó afectada con
una disminución de su superficie, dando como resultado que en el Plan de Uso
del Suelo (PLUS), aprobado con D.S. Nº 24124 del 21 de septiembre de 1995, se
determine el área agroforestal en la zona Sureste de la reserva (Norte del Municipio
de Santa Rosa del Sara) afectando una superficie de 152.359 ha, con el objetivo
de estabilizar a las comunidades allí asentadas.
Por el lado del municipio de Yapacaní también ha ocurrido lo
mismo desde los años 90, acentuándose más a partir del año 2000. Cada año en la
época seca ingresan colonos a la reserva por los caminos de accesos a las
concesiones forestales, se instalan a las orillas del camino y realizan
desmontes con herramientas manuales, luego cultivan maíz, arroz y otros. Luego
de la cosecha recogen el producto y abandonan el área antes que comience la
época de lluvias. El año siguiente vuelven y realizan un nuevo chaco, este modo
van avanzando en la consolidación de sus parcelas. No tienen viviendas, sino
únicamente chozas hechas con palos y hojas de motacú (palmera local). Están
organizados en sindicatos cuyos miembros vienen de diferentes comunidades del
municipio de Yapacaní y también otros departamentos del interior como
Cochabamba, Chuquisaca y Potosí.
RIQUEZA NATURAL, AGUA Y CLIMA
La desforestación y el chaqueo que ha ido terminando con El Choré
Es Chore es un bosque de manejo sostenible, de alto volumen
de maderas y especies de buen crecimiento, suelos marginales para uso
agropecuario, de fácil degradación y sujetos a inundaciones. Su riqueza
forestal es de231 especies forestales, con un promedio de 119 árboles por
hectárea. Su oferta maderable es de 88.5 metros cúbicos por hectárea, el Choré
es el bosque más productivo del Departamento de Santa Cruz.
La reserva forestal El Choré regula el clima de ecosistemas
vecinos. En caso de sufrir variación por presencia de asentamientos humanos,
afectará a la agropecuaria del departamento, la más importante del país,
causando sequías, altas temperaturas y fuertes vientos.
La Reserva Forestal El Choré, además de ser un banco de
diversidad biológica, es un eslabón del ciclo del agua y depósito de ingentes
recursos forestales, actúa como una muralla verde de protección ambiental, que
protege de la desertificación a la ciudad de Santa Cruz y al Área Integrada,
que con el orden de tres millones de hectáreas de usos agropecuarios se
constituye en la principal fuente de seguridad alimentaria y de agro
exportación del país.
La reserva El Choré se constituye en uno de los pulmones y
de regulación del clima en el Departamento de Santa Cruz. La conservación de
los bosques tiene un alto impacto sobre la regularidad del ciclo hidrológico y
la reducción de sedimentos en los embalses.
De acuerdo al Plan de Uso de Suelo de Santa Cruz, la región
Norte de “El Choré” se encuentra dentro de la isoyeta de 2.800 mm de
precipitación anual, bajando a 2000 en el extremo Sur. Si se continua
observando isoyetas del Área Integrada de Santa Cruz, estas van bajando a
medida que se distancia al Sur hacia Buena Vista, quedando demostrado que la
agropecuaria del Departamento de Santa Cruz depende en gran medida de la
conservación de “El Choré”.
El Choré es parte de El Codo de los Andes, que es
determinante del régimen pluvial de la zona más productiva de Santa Cruz y de
Bolivia: los vientos del Atlántico chocan contra el Codo de los Andes a la
altura del paralelo 12º en la zona Manuripi Heath y giran hacia el Sur, para
bañar la Zona Integrada, descargando el agua que recogen de los bosques del
Norte.
SERVICIOS AMBIENTALES
El Choré invadido por campesinos de Chapare -bastión sindical de Evo- que talaron miles de hectáreas de bosque con el consentimiento del gobierno.
El Choré juega un rol importante en la captura de carbono,
pues es evidente que ésta reserva presta Servicios Ambientales a nuestra
sociedad y al mundo. Con la fijación, absorción, mitigación, reducción y
almacenamiento de gases con efecto de invernadero en especial del carbono
acumulado en la atmósfera, evitando la acumulación excesiva de ese elemento y
conduciendo a reducir el efecto de invernadero.
La reserva de Producción forestal El Chore tiene una defensa
natural que ha logrado mantener gran parte de su riqueza forestal y de
biodiversidad, esta defensa natural es una protección que viene del cielo,
puesto que durante la época de lluvias, la zona se llena de agua y dependiendo
de la intensidad de la precipitación pluvial, los ríos y quebradas que
circundan El Chorése desbordan y se producen inundaciones.
AMENAZAS
MAS destrucción contra los pulmones de Bolivia
El año 2007 durante la época de lluvias, El Choré se inundó
completamente, en la mayor parte de la zona, se observó cultivos de pequeños
agricultores y caminos vecinales inundados, que con seguridad no serán
recuperados, a causa de la descarga de los sedimentos provocados por los
desbordes de las quebradas y ríos que afectó a gran parte de las poblaciones ubicadas
su zona de influencia, observándose en la ruta lugares con una altura de las
inundaciones de 2 a 3 metros, medida que fue obtenida a través de la altura del
fuste de los árboles y chozas.
Las áreas de aprovechamiento forestal de El Choré son
constantemente afectadas por ocupaciones ilícitas de los llamados
colonizadores, realizando chaqueos esporádicos. En este sentido, el paradigma
de la afectación a los bosques son ejecutados a partir de junio a octubre
considerados meses de temporada seca. Sin embargo, en los meses lluviosas los
colonos se retiran de estas áreas afectadas, dejándolas abandonadas y en muchos
lugares convertidas en barbechos algunos con cultivos de maíz y arroz, otros
simplemente con retiro de la vegetación.
Producto de los chaqueos no planificados, las quebradas son
obstruidas por los árboles caídos, afectando la libre circulación de las aguas
en un cauce natural. El proceso es muy frecuente en aquellos lugares que no
tienen ninguna planificación de Ordenamiento Predial ni mucho menos cuentan con
un Plan de Desmonte.
Debido a ríos importantes que atraviesan, en la temporada de
lluvia, existen constantes desbordes que afectan a las diferentes zonas, por el
relieve plano, conformado por una extensa llanura aluvial relativamente
uniforme, con presencia de un sin número de “curichis o bajíos” anegadizos
temporales y permanentes.
La tendencia del impacto, por el avance de los asentamientos
humanos en el interior de la Reserva Forestales alarmante, y por ende afecta a
las concesiones forestales y ASL´s legalmente establecidas. En evaluaciones
realizadas a través de la clasificación de las imágenes satelitales el cambio
de uso de suelo es cada vez mayor, por el ingreso masivo de los avasalladores
de tierra hacia la Reserva Forestal afectando hasta el año 2006 una superficies
de 24,754 ha que significa un total del 3% del bosque.
La situación climática de alta precipitación y las
condiciones edáficas de anegamiento que tienen sus suelos en la zona, los
campesinos se constituyen en permanentes demandantes de ayuda social de la
Gobernacion y Nacional en cada época de lluvias, por pretender asentarse en
zonas de inundación, con lo cual en pocos años acrecentaran aún más el nivel de
pobreza en que se encuentran, con la consecuente destrucción del recurso
forestal, patrimonio de las generaciones actuales y futuras de bolivianos
Estudios realizados determinan que el cambio de uso de
suelos al interior del Área de Reserva Forestal, refleja cifras alarmantes en
cuanto a las pérdidas económicas, producto del creciente desmonte y consecuente
pérdida de especies valiosas forestales.
La pérdida económica proyectada por el desmonte ilegal
dentro del área de Reserva Forestal El Choré es significativa, arrojando
pérdidas económicas de alrededor de 26 millones de dólares, calculado en base
al potencial forestal de la zona, superficie desforestada y el valor promedio
de la madera en troza puesta en aserradero.
Los beneficios que trae el bosque al conjunto de la
población, no sólo se reflejan en una cifra de dinero, sino que en ella está
implícita la generación de mano de obra directa e indirecta, con la que podrían
solventar gastos de manutención y educación en muchas familias del municipio.
DIVERSIDAD BIOLÓGICA
Las plantaciones de coca se multiplican por miles de catos, todo bajo control de los sindicatos del MAS Y LOS NARCOS
En relación a la diversidad biológica de la flora local,
según los levantamientos realizados en los Meandros del Río Ichilo en el
Proyecto de “Justificación Biológica para la Categorización del RIN 8”se
lograron identificar un total de 208 especies de plantas superiores
distribuidas en 167 géneros pertenecientes a 58 familias, denotando la gran
riqueza florística del área.
La fauna local determina directa o indirectamente la
perpetuación de los ecosistemas vegetales del área del Chore, ya que de una
manera general son estos los encargados de la perpetuación de las especies
vegetales del lugar a través de los procesos de polinización y dispersión de
semillas por el bosque. Entre los más representativos en la zona del Chore se
mencionan:
En Peces: el Surubí, Pacú, Pirañas, Bentón, Yeyú, Sardina,
Palometa real, Bagre pintado, Pez cuchillo y Anguila eléctrica.
En Aves: Pavas, Pato cuervo, Perdices, Parabas, Tucán,
lechuza, Guajojó y Martín pescador. Y en Mamíferos: Jochi, Tatú, Troperos,
Taitetú, Capiguara, Urinas, Huazos, Anta, Panthera onca, Tigrillo, Bufeo, Mono
Martín, Marimono, Melero, zorro, Oso bandera, Carachupa y Oso hormiguero.
APTITUD
La entrañas abiertas, que prueban la sistemática devastación y el avasallamiento planificado
En general, se concluye que toda la zona habilitada como
agrícola de parte de los campesinos dentro de la Reserva Forestal “El Chore”,
no son aptas para la práctica de la agricultura, por ser llanuras de inundación
y porque atraviesan ríos principales y quebradas muy importantes, que en la
temporada de lluvia sobrepasan sus volúmenes de agua.
Por todo lo mencionado anteriormente, podemos concluir que
permitir asentamientos humanos que produzcan cambios de Uso de Suelo en ésta
zona , sería catastrófico para toda la región, puesto que afecta directamente
al equilibrio ecológico de las principales zonas agropecuarias del Departamento
de Santa Cruz, ocasionando cambios climáticos, puesto que las lluvias podrían
disminuir en la región, la humedad relativa del ambiente bajaría notablemente,
se elevaría la temperatura y la velocidad de los vientos aumentaría, así como,
la rapidez de la evaporación de la humedad de los suelos. Todo esto parece
exagerado, pero es real y el futuro de Santa Cruz, depende de la protección del
bosque.
EL CHORÉ CUESTIÓN DE
CONCIENCIA????
Los bosques deben tener voz, y como elementos esenciales del
patrimonio natural del pueblo boliviano, su defensa es un problema de orden
democrático fundamental y su destino debe resolverse por la voluntad general de
todos los ciudadanos de Bolivia. La degradación y destrucción de los recursos
naturales renovables constituyen atentados contra la integridad territorial del
Estado y la soberanía nacional.
No hay ningún daño mayor contra el patrimonio natural de la
Nación y la integridad territorial del Estado, que la destrucción irregular de
sus bosques, en la medida de lo irreversible de dicho daño, sus ecosistemas
aniquilados, incluyendo su diversidad biológica, suelos y cuerpos de agua, así
como de los regímenes climáticos y pluviales que ellos condicionan.
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