EL MAS REGIMEN DE LA INSEGURIDAD

EL MAS REGIMEN DE LA INSEGURIDAD

Abrí tus ojos que la inseguridad mata, desgarradora pero cierta realidad que se ha ido cerniendo sobre los millones de ciudadanos que habitan el corazón de Sudamérica llamado Bolivia. Solo los actuales jerarcas del régimen masista rodeados por policías y vehículos lujosos se mantienen alejados del crimen, azote diario que sufre el pueblo sin distinción de ninguna naturaleza, desde la ciudad de El Alto hasta Puerto Quijarro, desde Yacuiba hasta Riberalta, la inseguridad siembra luto, dolor y miedo.

Se acabó el tiempo en que el gobierno del MAS siga echando la culpa al pasado, que la justificación fácil sea un apósito para el doliente, que todo es culpa del imperialismo y son los últimos estertores de las políticas neoliberales, EVO y sus acólitos son los únicos ineficientes que en los 6 últimos años han sido incapaces de implementar una verdadera política criminal que combata el delito.

Con una mayoría parlamentaria que solo se dedica a aprobar las herramientas que hagan posible la doble relección de EVO, se han olvidado del sufrimiento del hombre de a pie que hoy es víctima de todos los crímenes. Con miles de millones de reservas en dólares, las instituciones represoras de delito pierden competencia y solo responden a intereses partidarios convirtiéndolas en una mera fracción del partido de turno, que se ha dedicado con exclusividad a perseguir a todos  los opositores al régimen, desechando la carrera policial por el servilismo político, forma rápida de llegar a ostentar el máximo cargo de la institución del Verde Olivo, el mejor ejemplo el actual Comandante, vivo retrato de lo que busca el masismo. Sin norte, la Policía boliviana alejada del cumplimiento de su misión fundamental asignada por el Mariscal Antonio José Sucre cuando la fundó, hoy se debate entre los caprichos del régimen y los coyunturales intereses de la tanda que la conduce al MAS negro de los abismos. Pasó de ser una de las policías del mundo con mayores resultados en la lucha contra el narcotráfico a estar casi desmantelada, de tener una política de seguridad ciudadana en pleno desarrollo a ir inventando planes casi mensualmente, cuando la ola de crímenes la sobrepasan o las elecciones se aproximan. El último el plan carnaval, que era una acción para detener a los opositores que faltaban, fue abortado a último momento por el contundente rechazo público. Cuentan con todo el Ministerio Público nombrado a dedo por EVO para acusar y defender a una sociedad prácticamente abandonada al crimen, los interinatos han continuado sin el menor  resultado, MAS por el contrario los escándalos de corrupción han obligado al gobierno a cambiar a muchos, que en ves de ser investigado son premiados en otros distritos. El Poder Judicial otrora otro poder del Estado, hoy integrado en su totalidad por personas afines al gobierno, también han seguido el fácil recorrido de ganarse los favores del poder, prevaricando para judicializar la política y facilitando la detención ilegal del opositor, aplicando leyes con carácter retroactivo, limitando los derechos y corrompiendo los principios generales que rigen nuestras leyes, los delincuentes siguen saliendo impunemente de las audiencias, al igual que los militantes del partido de gobierno que ni la justicia comunitaria se les aplica. Hay que preguntarse obligatoriamente donde están lo cambios tan anunciados, donde esta la justicia que prometieron, solo el viejo y podrido esquema de la partidocracia en la justicia y nada MAS.

Ni que decir de las Fuerzas Armadas, las mismas que han sido usadas en reiterados shows, de planes y un incontable desfile de comandantes que solo han repetido su lealtad al régimen y con ellos asegurado su futro cargo que llegará seguro cuando dejen el mando. Pero el delito continúa, resaltando que han producido miles de planes para atentar contra la causa Autonomista y para una vez MAS subirse al tren del poder de turno, dejando al delito ausente de sus estudios, análisis y prioridades.

Desde el principio de la llegada al poder por el MAS, ha generado violencia, sin hacer una necesaria memoria de su pasado inmediato, los delitos se han masificado, los avasallamientos se han vuelto el pan de cada día, los crímenes MAS horrorosos se han cometido con toda la saña. Ante los medios de comunicación, el narcotráfico ha crecido, las mafias han llegado, los carteles se han establecido en el territorio nacional, las estadísticas han desaparecido, solo la disculpa y el falso dato se han estrenado en mundo donde la violencia avanza a pasos agigantados, ante tanta lata y mucho verso. Hoy se encontró una extremidad inferior de un cuerpo humano en la boca de la tormenta en Santa Cruz, enterrados en San Matías, quemados en Ayo Ayo y ejecutados Achacachi, MAS muertes se repiten en todo el país, sicarios, vendettas, ejecuciones son marcas infalible de la estadía de las mafias, asaltos, secuestros, asesinatos son sello indelebles de las bandas de delincuentes que operan, violaciones, robos y muertes el actuar de las pandillas; la extorsión, el hurto y la mendicidad  producto de la adicción a las drogas completan un panorama macabro del mundo del hampa y el deterioro de una sociedad enferma y degradada.

Algo de esto termina en los llamados recintos carcelarios, que hoy están hacinados por los presos políticos y no políticos presos como han querido justificar sus abusos y violaciones a los DDHH los miembros de la dictadura masista, la cárcel el destino para los que expresan sus divergencias con el régimen y los miles que el narcotráfico los envío, no son MAS que castigo para quien viola la ley, sino para el que dice no apoyo a EVO, este es un recuento conocido, una realidad que muchos se niegan a ver peor a reconocer, unos por miedo, otros por conveniencia, pero ninguna de las dos trate consigo la receta de la paz y el bienestar esperado por las grandes mayorías.

Hoy la seguridad es un privilegio de pocos, de los que ostentan los máximos cargos públicos, los que tienen dinero para pagar su propia seguridad y los jefes policiales, militares, todo el resto está sometido al azar del crimen y al cercenamiento sistemático de los derechos que acarrea la inseguridad, generando un negocio que otorga buenas ganancias, el batallón de seguridad de la policía nacional, las miles de empresas de seguridad, que son creadas por policías y militares en retiro.

Este es un verdadero fracaso del régimen, incumpliendo el mandato Constitución al no  proteger el bien supremo que manda la ley de leyes, que es vida, solo el miedo en algunas regiones ha callado la protesta legítima y la exigencia fundada de acabar con los asesinos de personas inocentes que a diario mueren. Viudas, huérfanos, familias destruidas y cuerpos mutilados son en buena parte la información del día, lo demás se lo lleva los asaltos y toda clase de robos, la violencia ha cambiado la forma de vida, a descuartizados los derechos mas elementales, transformando la arquitectura de nuestras ciudades, convirtiendo las casas en verdaderas fortalezas, con muros altos, con vidrios y puntas de hierro, cercas eléctricas y guardias apostados estratégicamente, son el paisaje que ha sembrado el delito en todos los barrios de clase media del país. Las urbanizaciones cerradas se multiplican por miles, cambiando la misma planificación citadina. La mayoría de nuestra población esta sometida a esta nueva forma de esclavitud, donde rige la ley del más fuerte, donde la luz del sol otorga alguna protección y las penumbras de la noche la más cruel sentencia, ser despojadas de sus bienes, enceres y su propia vida.

El Estado no existe, el gobierno es un mar de improvisaciones y mentiras, las gobernaciones se diluyeron en simples oficinas administrativas del poder central, sin ninguna competencia, las Alcaldías se desentendieron de las necesidades de sus vecinos, el desamparo llegó, la politiquería se instaló, la poca luz se fue apagando, solo muerte y violencia reinan en la Bolivia del cambio y la inseguridad, donde el boliviano de hoy sale de su hogar pero no sabe si volverá, solo la protección divina lo acompaña cada día. Ver link de propuesta de seguridad ciudadana.

GUIDO NAYAR PARADA