martes, 27 de septiembre de 2011

CUMPLIR Vs INCUMPLIR LA NORMA

Existe una lucha entre cumplir con la norma Vs incumplirla.
Por: Ovidio Roca.

Escuchando las últimas noticias, está claro que no existe ninguna buena intención de buscar realmente una solución al asunto del TIPNIS.

En vez de cumplir con las normas nacionales, resulta que ahora ofrecen la realización de un referéndum, donde quienes deciden serán dos departamentos sobre algo que ha sido declarado legalmente como Territorio Indígena y que les atinge únicamente a los pueblos indígenas que se encuentran en la región del TIPNIS, tal como establece claramente  el D.S. N°22610 del 24 de septiembre del año 1990, a saber:
“art. 6.- toda construcción y obras de desarrollo, particularmente, de vías camineras y poliductos, que se realicen en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS), debe contar, previamente, con un pormenorizado estudio de impacto ambiental, debidamente aprobado por el Ministerio de Asuntos Campesinos y Agropecuarios, con la participación de la organización indígena de la región. Las obras que estén en ejecución deberán ser paralizadas hasta contar con su respectivo estudio de impacto ambiental. Asimismo, todo proyecto o estudio a realizarse deberá ser consultado y coordinado con la organización indígena de la región”.
 Leída la norma: ¿en qué parte dice que se deba consultar a los departamentos circundantes?.
 Le invito a leer el artículo que aparece en el siguiente link:


Es necesario que la población entienda que no solo se trata de repudiar el abuso policial y salir únicamente en protesta de esto, sino que además no debemos perder el norte, es decir que la verdadera lucha consiste entre la búsqueda de la violación o incumplimiento de la norma mediante la fuerza o el engaño Versus  la búsqueda del respeto a la norma. 

Es hora de que el precepto deba ir acompañado del ejemplo. No es cuestión de dictar leyes para obligar a los demás a cumplirla, sino que debe también ser cumplida y respetada por la propia autoridad que la dicta.

Cabe hacer notar que el TIPNIS es el único lugar declarado oficialmente como “Territorio Indígena” y a su vez Parque Nacional, por lo que de consumarse el incumplimiento de la norma, los pueblos indígenas de Bolivia perderán mucho; más de lo que ellos realmente se imaginan. Pues de allí para delante, atropellarlos ya no será mucho problema. Si ahora que tienen dos instrumentos legales   en sus manos (Decreto Ley Nº 07401 y D.S. N°22610) se los pisa, como será para quienes no poseen ese marco normativo consolidado a su favor.
 Por otro lado, llama la atención que el gobierno haya lanzado una serie de propagandas televisivas donde pretenden hacer ver que si no se construye la carretera que cruzará por el TIPNIS no existirán todos los bonos (gastos) que da el Estado ofrece a la población, como ser: el bono para los ancianos, el Juancito pinto, etc.
 Cabe preguntarnos, ¿no era acaso con el producto de la venta del gas boliviano y por el supuesto éxito de la nacionalización de los hidrocarburos que el Estado solventaba dichos bonos?.. En otras palabras, con estas propagandas acaso se nos está diciendo que todo el asunto de la nacionalización en realidad fue un rotundo fracaso y ¿ya no existe dinero para sustentar los bonos? O es que solo es otro cuento con el fin de no acatar la norma (el D.S. N° 22610 de 24 de septiembre del año 1990).
¿Es acaso realmente imposible cumplir con la norma (D.S. N° 22610)?. Todo lo que está ocurriendo por no respetar la reserva natural del TIPNIS es sin duda alguna un total despropósito.

Si eso es así, ¿qué ejemplo nos están dando las autoridades nacionales hacia los administrados?. ¿Cómo es posible que resulte normal o correcto el incumplimiento de la norma, dándole vueltas al asunto?.
 Por más que se pretenda endulzar de diferentes formas mediante nuevas propuestas (referéndum, cabildos, etc.), el incumplimiento de la norma es por demás evidente.
 Es lamentable ver cómo se busca violar la norma de diferentes maneras y formas con el fin de salirse con la suya.
 Realmente es una pena, que como país exista este pésimo hábito y se vea reflejado en las autoridades nacionales.

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