viernes, 9 de septiembre de 2011

"EN BOLIVIA, EVO EL QUE GOBIERNA Y LA COCAÍNA REINA"

 “EN BOLIVIA, EVO EL QUE GOBIERNA  Y LA  COCA……ÍNA. REINA”
La décadas de los ochenta del siglo pasado, fueron marcadas por un Gobierno que permitió y fomentó el desarrollo del narcotráfico en Bolivia. Hoy, sus principales protagonistas cumplen condena en las cárceles del país, por otros delitos cometidos.
Corrían los años de 1981, cuando un puñado de cadetes del Colegio Militar Cnel.  Gualberto Villarroel, se amotinó contra el Cnel. Luis Arce Gómez por entonces  Comandante del Primer Instituto Militar del país, acusado de protector del narcotráfico cuando fungía como Ministro del Interior. Esto originó el motín, ya que era inaudito que este personaje fuera el Comandante. Un grupo de Coroneles del Ejército al enterarse de la decisión de los cadetes a través de sus hijos, cadetes del Colegio Militar, quisieron aprovechar la valentía y coraje, pues ellos sabían que cual fuese el resultado de la medida para exigir el cambio del Comandante, existía una gran posibilidad de ser dado de baja y con ello renunciar a la vocación de servir a la Patria.
Todo se llevó adelante, los cadetes tomaron el Colegio Militar durante varios días, exigiendo la renuncia del Comandante, a Luis Arce Gómez no le quedó otra que irse, el mediador fue a la postre el ex presidente Gral. Celso Torrelio Villa y el nuevo Comandante Gral. Lucio Añez. Entre tanto, los oportunistas Coroneles le faltaron los cojones para detener y derrocar al entonces Presidente defacto Gral. Luis García Mesa en Sanandita, lugar donde pernoctó, más por el contrario fueron hechos prisioneros y acusados con sus hijos, cadetes del Colegio Militar, de conspiradores. Muchos fueron detenidos y otros dados de baja, el objetivo fue cumplido y la dignidad del instituto militar devuelta, pues hay cosas en la vida que a las personas les pasa, perder algo para ganar todo, ésta es una de los cosas que me tocó vivir, más allá de la incertidumbre y la gran preocupación que provoqué en mis padres y mis  apoderados el Dr. Juanito Lazcano y mi amigo Dito Molina, ellos vivían y trabajaban  en la ciudad de La Paz en esos años.
Aquí aprendí que las reales causas, pueden ser torcidas por mezquinos intereses políticos, en su mayoría personales y esencialmente económicos, por eso busca detrás de una tramoya la economía que la montó. El Ejército Boliviano siempre trató de darle a los hechos del primer trimestre de 1981, un mero trámite de falta de disciplina, acompañado con malos rendimientos intelectuales y poco espíritu militar, pero la historia se ha encargado de poner las cosas en su lugar, aunque todos sabemos que la indisciplina no puede, no debe ser parte de la herramienta de la dignidad militar, aunque toda regla tiene su excepción, en esos años todo giraba en torno a las instituciones castrenses.
Un grupo de nosotros que quedó preso en las instalaciones del Colegio, después de días de agresiones físicas y psicológicas, sorprendimos a los guardias y nos fugamos, conociendo que nos darían de baja y nos procesarían por algo que jamás habíamos conocido peor cometido, el supuesto golpe de Estado que nunca se realizó ¿Dónde encajaban los cadetes? Toda una conjura del poder, así fue como decidimos no quedarnos más en esa venerada y atesorada institución militar, hasta hoy, tengo la suerte de recordar las palabras del entonces Cap. Mariaca, decía que lo que aprendimos en el Colegio Militar nos iba a servir para toda la vida. A éstas alturas de nuestra existencia le puedo responder tanto al Capitán como a mi señor padre, el Teniente Sergio Náyar Justiniano que fue cadete de 1952, de los que defendió el Colegio y se ganaron una placa en el patio de honor, que el espíritu y el valor militar lo mantenemos  intactos, pese al primer exilio que soporté por algunos meses.
Este es un pequeño acápite de cómo se combatió a este formidable enemigo que es el narcotráfico y todas sus ramificaciones, no puedo negar que tenemos una vieja enemistad, que siempre se encarga de renovarse por los misteriosos caminos de la vida.
La aparición de los capos internacionales del narcotráfico, que en Bolivia pululaban en buena parte del territorio nacional, con demostración de su poder económico, en el Chapare se organizaban verdaderas bacanales, con conjuntos internacionales que llegaban a la cita de aviones privados desde el imperio, oferta como el pago de la deuda externa del país marcaron el tiempo del reinado de la cocaína, en lo social, quién no sufrió en esa época que un garzón le pidiera la mesa que se encontraba porque el capo la quería, las movilidades último modelo, las joyas en abundancia, rayaban en el insulto a la pobreza de la época, sumado a las permanentes vendettas que se ejecutaban en las calles y domicilios del país. Así transcurrió ese lustro de violaciones a la ley, corrupción y asesinatos, condenándonos a todos los Bolivianos a una permanente discriminación afuera y adentro de nuestras fronteras, nos volvieron sinónimo del tráfico de droga, claro que los dictadores de entonces también eran enemigos de los gringos y terriblemente nacionalistas ¿Será que aquellos que caen en los brazos de este terrible mal, terminan con el mismo lenguaje?
Hace pocas horas se recordaba el terrible asesinato del Dr. Noel Kempff Mercado y buena parte de su comitiva, que fue el punto final al consentimiento social que de alguna forma gozaban los narcotraficantes, como no debe pasar, muchos justifican su relación por el lado de la conveniencia y oportunidad, claro, negando cualquier vínculo, hasta que el delito le toca la puerta y es para darle siempre malas noticias. La muerte de Don Noel fue el campanazo que dio inicio a la revolución moral que permitió reconquistar ciudades y encender dignidades de miles de compatriotas, que se había dejado encandilar por el dinero fácil, el delito justificado con temas sociales y que no causa daño a connacionales, sumado a la ignorancia de los protagonistas principales, jefes o capos que operaron durante años, con el amparo de las autoridades de turno a todo nivel.
Esta época demandó grandes sacrificios, como el mencionado, muerte para que vuelva la vida y la sociedad recupere la creencia en sus valores y que el trabajo digno es el único que garantiza un futuro. La ley 1008 y una serie de extradiciones, más con características de secuestros, terminaron con las fechorías y crímenes de los principales jefes de la droga en nuestra Patria, se cerraba no por completo una de las épocas más oscuras de la vida republicana.    
Los pueblos que olvidan su historia son condenados a repetirla y Bolivia no es la excepción en esta materia, de jefes a clanes familiares y después carteles ha sido la metamorfosis que ha sufrido este delito de lesa humanidad, sí que le ha hecho daño a la humanidad y a nuestra sufrida sociedad.
La llegada del MAS (Movimiento al Socialismo) al poder, trajo consigo el renacer de las actividades cocaleras, materia prima del narcotráfico, un desorden planificado en las instancias de control y combate a las drogas, acusación a la cooperación internacional, con el único fin de dar por terminada sus tareas en el país, una eutanasia en los medios y recursos económicos que terminaron con el deceso de las políticas antidrogas que venían siendo aplicadas con relativo éxito. La anunciada nacionalización de la lucha contra las drogas, fue todo un montaje, basada en la erradicación voluntaria y el control social por parte de los cocaleros de los cultivos excedentarios en el Chapare, todo una política de fomento al aumento de los cultivos, encubierta desde las esferas del poder, sin ningún tipo de control, ni satelital, ni sobre el terreno, ni aéreo, la lucha se volvió de la noche a la mañana en la mayor política de fomento en las últimas tres décadas.
Las estadísticas se volvieron el medio más idóneo para mentirle a la opinión pública nacional e internacional, sobre la cantidad hectáreas erradicadas, incautación de químicos y drogas, operativos de interdicción, detenidos y por último los records que se superarán, con supuestas comparaciones a otros años y gestiones, toda una novedad.
La producción de alimentos y frutas desarrollados por miles de millones de dólares del desarrollo alternativo, fue progresivamente reemplazado por la coca, pues no hay, no existe un producto que pueda competir con el dinero que otorga la delictiva venta de coca al narcotráfico, tres cosechas de hoja al año y la destrucción del suelo y la irreparable contaminación del medio ambiente, es el resultado del circulo diabólico de la coca...ína       
Volviendo al Chapare, el centro de reuniones políticas del partido de Gobierno el MAS y centro de operaciones políticas del socialismo del siglo XXI, Chávez, Lula y otros presidentes, se colgaron al cuello una corona de hoja de coca, la misma que convierten en droga y luego se vuelve el medio de generar más violencia en las favelas del Brasil, o aumentar las toneladas que transitan el territorio Venezolano, destruye la vida en las villas miseria de Argentina y si fuera poco, genera un rosario de delitos en la frontera Chilena, cual cáncer que genera la más fulminante de las metástasis.
Seis años han sido suficientes para volver a poner a Bolivia en el subcampeonato de la producción de cocaína, con el agravante que más de 3.000 compatriotas han caído presos en otros países, la dignidad nacional es solo recuerdo, basta salir de nuestras fronteras para sufrir el peor de los maltratos, pero esto no termina ahí.
Evo se ha negado a dejar el mando de las seis federaciones cocaleras, por el contrario, está desarrollando una verdadera geopolítica cocalera con los recursos de todos los Bolivianos, superan los 2.800 millones de bolivianos la inversión en ejecución en el Chapare, aeropuerto internacional, carretera por el Tipnis, obras de infraestructura, fábricas, todo financiado con los recursos del gas y los minerales, dándoles las comodidades que requieren con suma urgencia la nueva burguesía cocainera.
Seis catos hacen una hectárea y lo que Carlos Mesa negoció con EVO fue un cato por familia a cambio de dejarlo ser Presidente del país un tiempo, algo que nunca se cumplió, convirtiéndose la supuesta justificación legal, para relanzar la masificación de los plantíos, objetivo que se ha cumplido y que hoy se proyecta ampliarlo, con todas las obras que incorporará miles de hectáreas para ser avasalladas por nuevos cocaleros, de esto se trata la intransigencia de Evo para que la carretera se construya si o si, nunca ha importado donde va, a quien integra, su estudio de impacto ambiental, su estudio de tráfico y su consulta previa a los pueblos indígenas que ahí habitan, como manda la Constitución, aquí importa solo más coca y nada más.
En Bolivia no existe una política antidroga, solo acciones que esconden el verdadero poder del narcotráfico en todas las esferas de la sociedad Boliviana, ha vuelto la economía negra, los hummer que hoy son nacionalizados como pan caliente, el sicarito, la vendetta y todas las taras que conlleva este contaminante delito, narcotráfico viejo pero actual enemigo de la sociedad, que se sigue cobrando miles de vidas, libertades y dignidades. Hoy en el país, existe un plan ante nuestros ojos, para que sea imposible liberarnos de sus cadenas en el mañana. La Policía Nacional, es víctima de su mayor desprestigio, convirtiéndose en brazo represivo del MAS y muchos de sus miembros sin control han caído en las fauces de la bestia, convirtiéndose en sus leales sirvientes y fieles mercenarios, asesinando, encubriendo a mayúsculos capos, oficiales de toda graduación hoy guardan reclusión por estos delitos, alejando la seguridad ciudadana y aumentando la ola criminal, el narcotráfico no genera trabajo sino una serie de delitos, que siempre terminan en la desintegración de la familia, es y será una dinero maldito, manchado con sangre.
¿Cuántos años más? ¿Qué cosas más deben pasar? ¿Cuántos más deben morir o perder su libertad? ¿Cuántas justificaciones se reinventaran para seguir produciendo veneno? ¿Qué autoridad se hará cargo de esos miles de bolivianos enfermos por el consumo? Ya no es verdad que solo es para los gringos ¿Por qué en el Chapare no hay consumidores? La coca del Chapare es y será cocaína. Toda la coca excedentaria debe ser erradicada, es delito que exista coca en el Chapare y un doble crimen que exista COCA en  las reservas forestales y parques nacionales, la coca nunca fue sagrada, sino el instrumento histórico de la explotación y esclavitudes para el pueblo boliviano, no es alimento, todo lo contrario, quita y limita la vida. Deben implementarse campañas de prevención a la masticación, su comercialización debe ser limitada con impuestos, nuestra indiferencia debe acabar, hay en el Gobierno funcionarios que apostaron, que la hoja de coca es la nueva forma de colonización del resto del territorio nacional, no podemos ni por un minuto aceptar que la coca es la principal prioridad del Gobierno, y por Dios, este es un Gobierno de cocaleros, por los cocaleros, para los cocaleros y el proceso de cambio es el barniz que sostienen los discursos populistas, el socialismo del siglo XXI, el libreto que instrumentaliza las políticas represivas que se repiten en cada uno de los países miembros de UNASUR.
Hay que reconocer que el cocalero es ciudadano de primera, en muchos casos impunes, el nuevo rico, el modelo a seguir, el que tiene en sus manos el futuro del país, quien nos ha  arrebatado nuestros derechos y libertades, apunta de violencia y con ayuda externa antes, hoy con nuestros recursos desde el Gobierno, que no son campesinos, ni mineros, peor indígenas, que defendiendo lo ilegal, se dieron cuenta, que con violencia y extremismo podían tomar el poder y apropiarse del presente, manteniendo el gran negocio, el verdadero poder, el reinado de la COCAÍNA.


GUIDO NAYAR PARADA
TWITTER: @Perse_ Guido

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