TREMENDO EDITORIAL PARAGUAYO
ABC / Paraguay ABC Color, es el
diario más importante de Paraguay y éste fue su editorial de ayer, publicado en
toda su portada!!, nada menos y con el titular en amarillo .
Democracia puta
En estos días actuales las
democracias latinoamericanas pasan por una dura prueba, pues con los mismos
mecanismos de competencia electoral libre y plural algunos líderes
izquierdistas que ganan elecciones se hacen del poder legítimo y desde el día
siguiente de su triunfo comienzan a ejecutar sus proyectos de acabar con el
sistema político mediante los cuales accedieron su mando. La eliminación de las
normas que limitan el período presidencial es su primera meta a conquistar.
Tienen la intención de eternizarse
en el poder y, con ello, reventar la democracia entendida como la rotación
permanente de proyectos políticos y de personas. Pretenden excluir para siempre
a todo el que no esté adherido a su partido. Construyen dictaduras con fórmulas
“democráticas” y, cuando se sienten fuertes y disponen de los medios, inician
el segundo plan: la exportación de su “revolución”.
Internamente, su primera víctima
son las Fuerzas Armadas, de la cual se excluye a todo militar que no merezca la
completa confianza del nuevo único líder. Una purga general despoja a las
Fuerzas Armadas de los jefes y oficiales institucionalistas, dejándola a cargo
de “los leales”. Después arremete contra el Poder Judicial, realizando las
mismas tareas depuratorias para luego, ya con los principales resortes
controlados, iniciar el proceso de desmantelamiento de la prensa no alineada y
la supresión progresiva de la libertad de expresión.
El resultado final de este
procedimiento es la anulación completa, si no la supresión definitiva de toda
idea, doctrina, orientación partidaria o movimiento contrario a la ideología
oficial de la nueva dictadura. Sucumbe la libertad en todas sus formas
tradicionales y lo que resta es un pueblo indefenso sometido a sus nuevas
cadenas. Se confía en que el transcurso del tiempo borrará pronto el recuerdo
de la democracia anterior y el beneficio del goce de sus libertades y,
entonces, un pueblo atontado, obligado a trabajar para sobrevivir y para
alimentar al Partido, a reprimir sus dudas, inquietudes y oposiciones, acabará
convertido en un dócil rebaño de borregos, como bien recordamos los paraguayos
que vivimos la era stronista.
Este es el proceso en marcha que
vemos actualmente en el panorama político de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En
particular y más claramente en la primera, donde Hugo Chávez, con ya una década
de gobierno, se apresta a dar el golpe final haciéndose coronar gobernante
vitalicio imponiendo en el país una nefasta dictadura de corte marxista al
estilo del que triunfara y se impusiera en Rusia en 1917, desconociendo el
triste final que esos sangrientos regímenes tuvieron después de seis décadas de
explotar y oprimir a sus pueblos, asesinar a sus adversarios y poner en grave
riesgo la paz mundial.
Hugo Chávez, un dinosaurio que
surgió de las cavernas más oscuras de la historia, está a punto de convertirse
en amo y señor definitivo de la suerte de su pueblo y de los cuantiosos
recursos económicos de su país, excluyéndose de toda competencia real y
suprimiendo todo obstáculo que pueda interponerse entre él y su proyecto de
vitaliciado. Tiene, además, el dinero necesario para comprar voluntades y pagar
el precio de “lealtades”, dentro y fuera de su país.
Chávez es un dictador, pero UN
DICTADOR MUY RICO; dispone hoy del poder absoluto de hacer con el dinero
producido por el petróleo lo que se le antoje; ya no tiene encima ninguna
contraloría, nadie a quien deba rendir cuentas. Con su gruesa petrobilletera
recorre ahora América Latina y financia partidos, movimientos, organizaciones
sociales y campañas electorales. Lo que no puede comprar, lo alquila o
neutraliza. Al gobierno argentino le compra bonos del tesoro de Kirchner que
nadie quiere y así puede exhibir sus sonrisas de complicidad, aplausos y
abrazos, pasear libremente por ese país pronunciando encendidos discursos
llamando a la “revolución popular” y haciendo otros teatros para exportar su
dictadura.
Entre los cuales figura en lugar
prioritario su desesperada intención de introducirse en el Mercosur para, una
vez dentro de él, agilizar su intervencionismo en la política interna de los
países miembros, con los cuales ya no tiene ninguna afinidad, porque mal que
bien, en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay continúan rigiendo principios
básicos del estado de derecho, del régimen democrático y de libertades
públicas. Chávez va a pagar en efectivo por su ingreso y tiene billetes a
patadas. Quiere comprarles a Brasil y Argentina lo más barato posible la
legitimidad internacional que su pertenencia del Mercosur cree le va a
proporcionar.
La pregunta que continuaremos
formulando una y otra vez es ¿para qué sirve el Protocolo de Ushuaia que
pretendió establecer un compromiso para todos sus estados miembros de conservar
intactas las instituciones democráticas? En este documento Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay declaran que “La plena vigencia de las
instituciones democráticas es esencial para el desarrollo de los procesos de
integración entre los Estados Partes del presente Protocolo” (Art. 1) y se
comprometen formalmente a que “toda ruptura del orden democrático en uno de los
Estados Partes del presente Protocolo dará lugar a la aplicación de los
procedimientos previstos en los artículos siguientes” (Art. 3).
¿Van a admitir a Venezuela, cuyo
dictador por anticipado ya se excluyó de dichas cláusulas? ¿O lo van a admitir
primero para luego aplicarle la “Cláusula Democrática”? El absurdo y el
ridículo rodean a esta intención de prostituir al Mercosur, pero está en marcha
y solamente los parlamentarios brasileños y paraguayos tienen en sus manos la
posibilidad de impedir esta vergonzosa deserción de los principios
fundamentales declarados en nuestras cartas fundamentales y tratados de
integración.
A los gobernantes actuales de
nuestros países, que tanto cacarean su apego a la democracia y a las libertades
fundamentales, y que ciertamente gracias a ellas alcanzaron el poder, ahora les
tiemblan las rodillas y se les afilan los dientes a la vista de la deslumbrante
petrobilletera abierta de un rústico dictador inescrupuloso, dispuesto a todo,
incluyendo el soborno de los “demócratas”.
Si nuestros presidentes del
Mercosur, aun sabiendo cuál es su obligación histórica con la defensa de los
principios y valores políticos que iluminan nuestros pueblos, son capaces de
venderse o de liarse en una relación adúltera con un dictador megalómano
surgido de las catacumbas de un pasado siniestro, tendremos que convenir que
nuestras democracias se venden como auténticas putas. No cabe ya una
calificación más dura para describirlas.
ESTA NOTA EDITORIAL ES PARA LA HISTORIA.
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