SECUESTROS: Gobierno solo ve una
oportunidad de tapar su corrupción
En los últimos años, el
secuestro se ha convertido en uno de los más grandes temores de los habitantes
de nuestro país. Se cree que existen alrededor de un centenar de bandas de
secuestradores profesionales en todo el territorio nacional, que se dedican a los diferentes tipos de secuestros
y hoy los noticieros dedican gran parte
de sus espacios a mostrar los distintos secuestros que se suscitan.
Por si fuera poco, las
aprehensiones de los dirigentes de las bandas de secuestradores son sucesos muy
importantes por parte de las autoridades. Estos jefes mafiosos llegan a crear
fama y otros que gracias a sus grandes rescates y la crudeza de sus "modus
operandi" muestran que la eliminación de este problema se ve lejana.
Lo MAS preocupante es la terrible inseguridad, es la falta de una política de Estado que
involucre grupos especializados, con equipo adecuado, un presupuesto suficiente,
una normativa moderna para su combate, con un trabajo a tiempo completo y todo el tiempo que se
requiera y operadores de justicias seleccionados y brindándole la seguridad
necesaria.
Operativos como el de días
pasados son una verdadera estela de humo que solo acapara una momentánea atención
de la opinión pública, con los miembros más importantes prófugos, llenos de improvisación,
donde un Ministro de Gobierno se esfuerza por mostrar resultados y lo único que
trasmite es inseguridad y desconocimiento de los reales alcances de secuestro.
Las bandas de secuestradores
no le tienen miedo al Estado boliviano, han interpelado al mismo secuestrando a
hijos de importantes miembros del poder de turno, empresarios, políticos,
comerciantes, nadie está a salvo y el miedo ha minado una sociedad que se siente
desprotegida y que no confía en las instituciones encargadas de la seguridad pública.
En los últimos años, el
secuestro se ha convertido en una terrible realidad, que crece y se
diversifica. 1.- Por la propia dinámica de los carteles de la droga que
operan en Bolivia. 2.- Porque al fallar la operación de narcotráfico, ven la oportunidad
de dedicarse al delito, como forma de juntar dinero. 3.- La falta de
seguridad nos vuelve MAS vulnerable a este tipo de delito, que en muchos casos llegan para no marcharse nunca MAS.
- En los últimos años, el
secuestro se ha convertido en uno de los más grandes temores de los habitantes
de nuestro país, en todos los estratos sociales.
- Los cambios en las
costumbres y la creación de nuevas situaciones han mantenido una evolución en
este delito.
- La acción de secuestrar a
alguien rompe con dos de las garantías individuales que reconoce la
Constitución, la libertad de tránsito y la protección de las leyes frente a los
castigos, aceptando solo los impuestos por las autoridades.
- El delito de secuestro se
encuentra ampliamente tipificado, de manera que el Código Penal contempla
diferentes penas en relación con las posibles variantes del crimen.
- El problema de la
proliferación en Bolivia no es culpa de la legislación, la mala administración
de la justicia o la inefectividad deseada en los cuerpos policíacos, se debe en
buena parte, a la falta de una verdadera voluntad política del MAS.
- Bolivia no es el único
país que sufre esta situación, de hecho México y Colombia mantienen un estado de
inseguridad peor al nuestro, lo cual no es orgullo para ninguna de las dos
naciones.
- La posible solución a esta
ola delictiva se ve muy lejana analizando que aunque los esfuerzos se han
realizado, las bandas criminales han demostrado su superioridad, por lo que no
se observa práctica la baja significativa de este delito en nuestro país.
El secuestro ha estado
presente en toda la gestión de Evo Morales, pero viéndose fortalecido por la permisivas políticas de
lucha contra las drogas, el desmantelamiento de los organismos especializados,
la corrosiva politización de la seguridad y el compromiso partidarios de las cúpulas policíacas y castrenses.
Como en todo delito, existen
formas de prevención al secuestro. Éstas no son totalmente efectivas, pero bien
pueden brindar cierto grado de seguridad psicológica. Los consejos básicos son: no brindar información
personal a extraños. Mencionar el lugar del destino y el horario posible de
llegada al salir de casa. Mantenerse alerta y en calma. Notificar
inmediatamente si se sospecha que alguna persona está acosándolo. En caso de
que se dé el secuestro, denunciarlo a las autoridades.
Estos simples consejos
pueden de alguna manera hacer más difícil el trabajo para los secuestradores,
pero no es la solución al problema.
El secuestro es un problema
grave dentro de la sociedad, la inestabilidad política, social y económica. El
fracaso de los planes de seguridad, la inexistencia de una estrategia específica,
la incapacidad de las instituciones departamentales y municipales para reaccionar,
el miedo y la incomprensible indiferencia, han creado las condiciones para que
este inhumano delito se desarrolle.
Basta de creer que un operativo
mal ejecutado es un buen paso. Que venga el Ministro Romero a presentar los detenidos,
es la prueba irrefutable que solo es una distracción, ante la corrupción pública
sin fin. Los plagiados son personas con y sin dinero. Otros por drogas y verdaderas vendettas. Lo que nos permite concluir que nadie está a salvo de tan voraz fiera
del mal, que no ha encontrado resistencia y que busca echar sus raíces en un país,
que tiene un gobierno que solo busca perpetuarse en el poder y nada MAS.
GUIDO NÁYARA PARADA
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