LA SINCERIDAD
Es deplorable que en estos tiempos se halla perdido la sinceridad, una cualidad que era intrínseca en los venezolanos y ha sido sustituida por el antivalor de la hipocresía, la cual se percibe en el trabajo, en los entes públicos, en los sitios de esparcimiento, en los amigos y hasta en algunos de nuestros dirigentes políticos, siendo más lamentable porque engañan al pueblo para obtener un objetivo, generalmente para ocupar un cargo o mantenerse en él por largos años a pesar de su ineficiencia en los manejos públicos.
Muchos de estos después de obtener lo que quieren pierden el contacto con la gente, la humildad y asumen comportamientos arrogantes, de engreimiento. Se esfuerzan por transmitir sólo una imagen de confianza y de poder.
Un político, suponen ellos, debe tener apariencia de líder, y muchos consultan con “especialistas de imagen” para aprender a tenerla. Doquiera que vayan los sigue una estela de periodistas, guardaespaldas, asistentes leales y admiradores ansiosos, solo para simular que ellos son los más importantes.
Pero cuando la gente los busca, no los atienden y mucho menos los reciben, delega esa responsabilidad en su secretaria, el ayudante o la asistente de la asistente, creando un círculo concéntrico extremadamente cerrado para poder llegar a ellos, haciéndose alguna veces inalcanzable.
Y cuando llegan a dar algo lo hacen para que todos lo sepan y no lo hacen de corazón, se vuelven unos fariseos. Buscan afanosamente los primeros asientos en las cenas y las primeras sillas en los actos porque solo viven de apariencia, mantienen su ego enaltelcido pero su corazón vacío, carente de amor.
Peores son aquellos que exhiben ser religiosos sin tener un compromiso verdadero con Dios, sin amarlo, con su boca y labio lo honran, pero su corazón esta lejos de él, sus obras están en tinieblas. Manifiestan que tienen amor a Dios y luego maltratan a otros, condenan a los que piensan distinto, les gusta andar muy bien vestidos y aman las salutaciones en las plazas y organizan actos sólo para que los vean y la gente los adule.
No practican lo que predican, porque dicen y no hacen. Dicen que enseñan a otros y no se enseñan a sí mismos, se jactan de cumplir la ley y la infringen deshorando a Dios, en vez de escuchar lo que el Señor habla a su corazón. En la actualidad en nuestra sociedad existe una gran decepción, puesto que la gente deposito en las urnas no solo un voto como tal, sino sus esperanzas y con dolor ven que fueron víctima de la apariencia puesto que se dieron cuenta que no fue así, cumpliéndose lo que esta escrito, que por sus frutos los conocereis.
Por eso el secreto para avanzar en paz en los caminos del trajinar diario en este país, es oyendo a Dios en nuestros corazones porque así no tendríamos porqué desviarnos en nuestras acciones. Muchas personas critican a otros por los pecados que ellos mismos comenten, procuran ser hermosos por fuera pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad, tienen apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella, mienten para parecer bueno.
Hoy día necesitamos urgentemente buenos funcionarios, buenos dirigentes, buenos políticos, buenos amigos, aquellos que desechen toda malicia, engaño, hipocresía, envidias, altivez y detracciones, aquellos que se purifiquen por obediencia a la verdad, que den un amor fraternal no fingido, que amen a otros entrañablemente.
De corazón puro, que sean sinceros y no amen de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Las palabras no bastan, un buen líder o amigo debe respaldar con sus acciones sus palabras, porque cuando comienza una nueva vida, inevitablemente esa vida debe manifestarse mediante buenas obras, debe usar el poder en forma compasiva para beneficio de los demás, un buen dirigente, político o amigo debe amar y ayudar a su prójimo sin esperar nada cambio, las personas probas y dignas son capaces de hacer de manera inequívoca lo que sienten, piensan y dicen.
Acerquémonos con corazón a la gente, seamos honrados, responsables, competentes, sinceros y justos y de esta manera estaremos agradando a Dios.
Diputado Jose Sanchez “Mazuco”
Prisionero Político
Es deplorable que en estos tiempos se halla perdido la sinceridad, una cualidad que era intrínseca en los venezolanos y ha sido sustituida por el antivalor de la hipocresía, la cual se percibe en el trabajo, en los entes públicos, en los sitios de esparcimiento, en los amigos y hasta en algunos de nuestros dirigentes políticos, siendo más lamentable porque engañan al pueblo para obtener un objetivo, generalmente para ocupar un cargo o mantenerse en él por largos años a pesar de su ineficiencia en los manejos públicos.
Muchos de estos después de obtener lo que quieren pierden el contacto con la gente, la humildad y asumen comportamientos arrogantes, de engreimiento. Se esfuerzan por transmitir sólo una imagen de confianza y de poder.
Un político, suponen ellos, debe tener apariencia de líder, y muchos consultan con “especialistas de imagen” para aprender a tenerla. Doquiera que vayan los sigue una estela de periodistas, guardaespaldas, asistentes leales y admiradores ansiosos, solo para simular que ellos son los más importantes.
Pero cuando la gente los busca, no los atienden y mucho menos los reciben, delega esa responsabilidad en su secretaria, el ayudante o la asistente de la asistente, creando un círculo concéntrico extremadamente cerrado para poder llegar a ellos, haciéndose alguna veces inalcanzable.
Y cuando llegan a dar algo lo hacen para que todos lo sepan y no lo hacen de corazón, se vuelven unos fariseos. Buscan afanosamente los primeros asientos en las cenas y las primeras sillas en los actos porque solo viven de apariencia, mantienen su ego enaltelcido pero su corazón vacío, carente de amor.
Peores son aquellos que exhiben ser religiosos sin tener un compromiso verdadero con Dios, sin amarlo, con su boca y labio lo honran, pero su corazón esta lejos de él, sus obras están en tinieblas. Manifiestan que tienen amor a Dios y luego maltratan a otros, condenan a los que piensan distinto, les gusta andar muy bien vestidos y aman las salutaciones en las plazas y organizan actos sólo para que los vean y la gente los adule.
No practican lo que predican, porque dicen y no hacen. Dicen que enseñan a otros y no se enseñan a sí mismos, se jactan de cumplir la ley y la infringen deshorando a Dios, en vez de escuchar lo que el Señor habla a su corazón. En la actualidad en nuestra sociedad existe una gran decepción, puesto que la gente deposito en las urnas no solo un voto como tal, sino sus esperanzas y con dolor ven que fueron víctima de la apariencia puesto que se dieron cuenta que no fue así, cumpliéndose lo que esta escrito, que por sus frutos los conocereis.
Por eso el secreto para avanzar en paz en los caminos del trajinar diario en este país, es oyendo a Dios en nuestros corazones porque así no tendríamos porqué desviarnos en nuestras acciones. Muchas personas critican a otros por los pecados que ellos mismos comenten, procuran ser hermosos por fuera pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad, tienen apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella, mienten para parecer bueno.
Hoy día necesitamos urgentemente buenos funcionarios, buenos dirigentes, buenos políticos, buenos amigos, aquellos que desechen toda malicia, engaño, hipocresía, envidias, altivez y detracciones, aquellos que se purifiquen por obediencia a la verdad, que den un amor fraternal no fingido, que amen a otros entrañablemente.
De corazón puro, que sean sinceros y no amen de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. Las palabras no bastan, un buen líder o amigo debe respaldar con sus acciones sus palabras, porque cuando comienza una nueva vida, inevitablemente esa vida debe manifestarse mediante buenas obras, debe usar el poder en forma compasiva para beneficio de los demás, un buen dirigente, político o amigo debe amar y ayudar a su prójimo sin esperar nada cambio, las personas probas y dignas son capaces de hacer de manera inequívoca lo que sienten, piensan y dicen.
Acerquémonos con corazón a la gente, seamos honrados, responsables, competentes, sinceros y justos y de esta manera estaremos agradando a Dios.
Diputado Jose Sanchez “Mazuco”
Prisionero Político
No hay comentarios:
Publicar un comentario