sábado, 2 de julio de 2011

NARCOTRAFICO Y ALGO MAS

NARCOTRÁFICO Y ALGO MÁS
La marcha por la vida es un punto de inflexión en la historia de Bolivia, pues el Gobierno de Víctor Paz Estenssoro, despidió a 23.000 trabajadores por la aguda crisis del estaño y la hiperinflación que azotaba la Republica en esos tiempos.
Justamente, en este periodo de Gobierno también se promulga la ley 1008, entrando en vigencia. Mucho se ha discutido cuáles fueron los reales motivos que llevaron al parlamento de la época aprobar una norma, la que violaba el principio Constitucional de presunción de inocencia, cambiando abruptamente la política antidroga del país, particularmente me inclino por la versión que señala el compromiso asumido por el mismo Dr. Paz al comenzar la década de los 60 del siglo pasado. En su segundo mandato, tanto con la Comunidad Internacional como con el Gobierno Estado Unidos (a cambio de un apoyo económico), se comprometió a erradicar  toda la coca en el territorio nacional, lo que no cumplió pese al apoyo.
Un hito en la lucha contra en el narcotráfico, fue sin lugar a dudas la ley del año 1973 con No 11245, puesta en vigencia en el Gobierno Nacionalista de Gral. Banzer. El promotor ya inmortalizado por las luchas cívicas, tuvo la visión de exigir la promulgación de esta norma, no solo por su formación de médico y sus conocimientos, Melchor Pinto Parada,  patricio cruceño, en un artículo con una de sus frases más ponderadas decía: “a grandes males grandes remedios”, exigiendo una lucha franca contra este terrible mal, que cada día tomaba mayor fuerza y poder. El narcotráfico se convertía en el más formidable enemigo no solo para la salud pública, sino también para el medio ambiente, sin olvidarnos de su creciente influencia ilegal en los miembros del Ministerio Público y el Poder Judicial, llegando en casos a las mismas esferas del Poder Central. Fue el esfuerzo más serio de la época en crear y desarrollar una política antidroga en el país, mucho más allá de la vigilante Comunidad Internacional, el Dr. Pinto creyó en el exterminio de la materia prima a través de la "Ley Nacional de Control de Sustancias Peligrosas" (estupefacientes) de 20 de Diciembre de 1973, volviendo a fallar los seres humanos en su aplicación, dejando a la Patria desprovista de una verdadera política de Estado.
Las investigaciones realizadas en el país, determinaron qué zonas son tradicionales en producción de hoja de coca: los Yungas en el Departamento de La Paz, Departamento de Cochabamba solo en los Yungas de Vandiola (120 kilómetros), entre el viejo y nuevo camino a Santa Cruz, en el Parque Carrasco, en los valles de Pocona y Totora, pero esta segunda zona no ha sido importante en la producción de la hoja. Esta consideración es el centro del debate Nacional, ya que solo en las zonas tradicionales, la hoja de coca sería legal su producción, según lo manda la ley 1008, estableciéndose a demás las 12.000 hectáreas legales, cuyo consumo es fundamentalmente a través de la masticación (acullicu) y algunas infusiones, todo lo demás va al narcotráfico.
En 1980 aproximadamente, comienza a transformar una de las zonas más bellas en flora y fauna de Bolivia: el Chapare, en un principio habitada por la etnias yuquis y yuracarés. La migración a la inversa que en el resto del territorio Nacional, con la llegada progresiva de ex mineros y otros ciudadanos atraídos por el floreciente negocio de la siembra de la hoja de coca, complementados por las condiciones de clima y suelo, pero la fundamental, el lucrativo negocio del narcotráfico. En esos años se le indilgaba con mucha contundencia, que el régimen que se había hecho del poder a través de un golpe de Estado, era quien permisivamente alentaba la formación de verdaderas mafias del narcotráfico, que poco tiempo después reinaban en el país.
La inestabilidad política que se vivió entre fines de la década de los 70 y comienzos de los 80 terminaron por consolidar el negocio más lucrativo del mundo, basado en muy poco esfuerzo y grandes ganancias, todo respondía a una macabra estrategia, combinando la pobreza, el desempleo, el campesino, fueron enviciados sistemáticamente, por la demanda de la hoja de coca. Los jefes del narcotráfico, que llegaron al punto de ofrecer pagar la deuda externa a cambio que los dejen “trabajar”, la omisión, complicidad, inexistencia de políticas de las autoridades, el abandono, falta de control de la policía, permitieron que poco a poco avanzara la organización de los denominados productores de coca. No hablo de los bolleros personajes encargados de la compra y recolección de la hoja en el chapare, sino de la figura trasladada tanto del sindicato campesino y las estructuras sindicales mineras, que por años se ha caracterizado por su verticalidad y radicalismo combativo, por algo el che Guevara pensó en muchos momentos en su apoyo, cuando iniciaba su aventura suicida.
Por décadas la planta de coca del chapare creció y se multiplicó por miles de catos (6 catos  hacen una hectárea), deforestando, contaminando ríos, destruyendo el ecosistema, parques nacionales, como ser: Parque Carrasco o el Isiboro Sécure, que han sufrido la permanente destrucción, al igual que las TCO de los originarios del lugar. Un vivo ejemplo son los Yuquis, que tiene una extensión 200 mil hectáreas pero han sufrido el mayor maltrato y el peor de los racismos, no permitiéndole que puedan acercarse a Villa Tunari para comprar alimentos y medicina, avasallando sus tierras y sus vidas, condenándolos al ostracismo y en muchos casos a la muerte.
El doble discurso que se formó entre el delito y la reivindicaciones, se basó al principio en la búsqueda de oportunidades, que luego se transformó en la producción de la hoja de coca sin control, por ende la comercialización de la pasta base a la orilla de la carretera, los crecientes negocios de comercio, acaparamiento de tierra, las repercusiones políticas, detenciones de importantes autoridades y narcotraficantes que traspasaron las fronteras, continentes con inmensas fortunas, que dieron paso a la criminalidad, la vendetta, el territorio y la ignorancia que fue causante del desprecio social y la condena general.
Siempre han intentado confundir al país y luego a la comunidad Internacional, que la hoja de coca del Chapare tiene los mismos usos que las de los yungas, han emulado todo el sistema de comercialización para engañar todos los controles, han querido forzar que no son cocales excedentarios y por ende nuevos, por tal ilegales, una de las tácticas usadas en reiteradas oportunidades fueron, que con un sustituto todo se iba cambiar. Miles de millones de dólares fueron invertidos, en infraestructuras, programas de investigación de productos que fueron implantados en la zona, con resultados significativos para la economía: piña, palmito, banana y otros más, permitieron formar una importante oferta exportable y una industria próspera, así como la actividad hotelera favorecida por todas las inversiones y el incremento del turismo.
Los programas gubernamentales para erradicar la hoja de coca, adolecieron desde el principio, de una real voluntad política, el compromiso con la vida y la seguridad, terminaron siempre en el fracaso. Solo la presión internacional y el temor a la posterior descertificación, dieron como resultados algunos avances, pero debido a su falta de continuidad terminaron, en ciertos casos llegaron a medidas desesperadas por alcanzar las metas comprometidas, acuerdos que nunca se cumplieron por ninguna de las partes. Mientras se erradicaban cocales y se pagaba por ello, al mismo tiempo los almácigos eran sembrados en mayores cantidades, este círculo vicioso generó corrupción, muerte y dolor, que fue urdido y usado por los dirigentes cocaleros para aparecer como víctimas ante la opinión pública, también por algunas autoridades que se prestaban para supuestamente lograr resultados, todo tuvo un mal olor y un peor sabor para las arcas del Estado, sobre todo para la credibilidad de la lucha. Por años, los ciudadanos tuvieron que aguantar paros, bloqueos, marchas y muchas pérdidas económicas que nadie les reparo hasta el día de hoy. Cada vez se fue volviendo más difícil alcanzar las metas comprometidas, el resultado que cada fin de año se revisaba en muchos casos, no era el esperado, eso llevaba a que los países financiadores de la lucha restrinjan la ayuda y los montos se reduzcan, afectando muchos programas, lo que nuevamente lo usaban los cocaleros para resistirse. Esto tenía el propósito que la erradicación sea forzosa y traiga la confrontación, mejor si ocurría una tragedia, del lado que fuese siempre era ganancia, si la víctima era policía era bueno para infringir temor en los otros miembros de los grupos de tarea, si era un cocalero se victimizaban delante de cuerpo, con fotos en los periódicos, así la opinión pública se fue cansando de la falta de resultados y de tranquilidad para poder avanzar.
La organización que fue creada para mantener el mayor tiempo posible la coca ilegal, había alcanzado su fin, otorgando hasta representantes nacionales, ni que decir de los municipios de la zona, tenían pleno control, habían logrado el suficiente ropaje para lograr la otra etapa de la estrategia, incorporar el ingrediente ideológico en la defensa de la hoja de coca, postulando reivindicaciones de carácter social y poniendo en segundo lugar el verdadero motivo de su creación. Todo lo que se hacía era para tomar el poder político, de donde realmente podrían volver legal lo que por décadas ha sido un delito, una izquierda internacional urgida de opciones se lanzo rápidamente a su encuentro y la compra de la sigla partidaria se hizo efectiva, un otrora disidente de la Falange Socialista fue el vendedor, pues nunca el dinero ha sido un escollo, contribuciones sindicales y aportes anónimos fluyen como maná, solos unos pocos incautos creen que el monstruoso negocio del narcotráfico está alejado de tan burdo propósito. La noticia se extendió llegando a los oídos de los hasta entonces “líderes de la Revolución Bolivariana”, que muchas veces concretaron encuentros, apoyos, operadores, con el único fin de facilitar la información del camino recogido.
El mayor mercado de la materia prima del narcotráfico es el CHAPARE, su poder en el último tiempo se ha ido consolidando, después que entre los años 1997 y 1999 los niveles de coca cayeron abruptamente, a 3.500 hectáreas, los más bajos en décadas. Una de las primeras erradicaciones fue en Villa 14, donde se encuentran los catos de la familia de EVO MORALES que había prometido que nunca le iban a erradicar, claro que no fue así y luego de terminar fue el primero en ir a cobrar por la erradicación, eso demostró que no había ninguna distinción con nadie, ni intocables, para eso se necesitaba de una férrea decisión política y el Gral. Banzer en los primeros años de su gobierno democrático fue muy exitoso llegando a erradicar más de 39.000 hectáreas. Nadie ha logrado estas cifras, se contaba con verdadera política de Estado y una estrategia ampliamente sociabilizada, dentro y fuera del país, la contra cocalera era intentar engañar declarando que el objetivo del Gobierno era coca cero en todo el  territorio nacional, una verdad a medias como siempre, coca cero en el Chapare y no en los Yungas, como repetía EVO, para lograr el apoyo yungueño, que nunca obtuvo. Parte de esa buena estrategia fue diferenciar el tratamiento, el mandato legal y poner en desuso los famosos convenios que se firmaban para suspender las medidas de presión y con ello erradicar sin avanzar, todo una corrupción institucionalizada finalizando su práctica en esta gestión de Gobierno. Evo Morales fue separado de toda negociación, no participando durante estos años de las reuniones, perdiendo el control de las mitad de las federaciones cocaleras del Chapare, la máxima institución campesina en el Beni, donde se llevó el congreso de la Confederación Única Campesina y volvió a perder. Durante estos años, JAMAS tuvo juicio alguno de ninguna materia, en otras palabras, no existía, eso lo llevo al alcohol, teniendo dos accidentes de tránsito en su lujoso JEEP TOYOTA que conducía. Esto contradice a su victimización permanente, la historia del juicio que tuvo en el Congreso y su separación, cuyo abogado era la Dra. Canedo (de extracción emenerrista), partido que lo apoyaba por debajo para generar problemas al Gobierno de TUTO QUIROGA, quien no permitió que sea extraditado, cuya deuda está muy presente. Con su abogada la historia fue distinta y terminó procesándola por corrupción y retirándola de la Corte Suprema de Justicia. Afirma que estaba lleno de juicio, eso fue pactado con Carlos Sánchez Berazain (ministro de Gobierno de Goni) para disimular el fracaso de GONZALO SANCHEZ DE LOZADA en esta materia, llegando el año 1997 al anuncio de descertificación por parte de los Estados Unidos por no cumplir las metas, todo un teatro, producto de los contubernios que llevaron peligrosamente a la patria a las garras del narcotráfico, basta recordar  el caso “barba choca”, donde se mostró la intervención de funcionarios del MINISTERIO DE GOBIERNO en calidad de cómplices. ¿Qué diferencia hay con el caso de Gral. Sanabria? Ninguno, son igual de graves, concluyendo que el narcotráfico ha triunfado y está instalado en las altas esferas del poder, hoy con el beneplácito de la autoridad, que en poco tiempo podremos conocer detalles importantes, antes por incapacidad y corrupción.
No podemos, no debemos seguir en este estado de autismo, mientras el monstruo devora nuestra reserva moral y logra introducir con relativo éxito, el acullicu en nuestra población, coca social, coca despalada y coca en general, en este último lustro, con variados pretextos se ha ido introduciendo en nuestra diferentes capas sociales la masticación de la coca, esos sí, de los Yungas, desde el trabajador del campo que no puede trabajar si no está con su bolo de coca, hasta el ejecutivo más importante, se da un tiempo para bolear. ¿Qué moral tenemos para censurar tan desagradable vicio? No solo por causar daño a la salud pública, sino porque esta práctica jamás fue una costumbre del oriente del país. ¿Será un proceso de aculturación en la actualidad?
¿Cuál es el fundamento que tenemos para exigir que se respeten nuestros parques y reservas forestales como el Chore y Amboro? Cuya destrucción ya sabemos afectará dramáticamente la época de lluvias, en todo el norte integrado y nuestra ciudad. El ex Presidente Quiroga consolidó el ilegal asentamiento, otorgando en propiedad más 200 mil hectáreas en la reserva del CHORE a los actuales dirigentes del más en Santa Cruz, el que funge de Rector de la UAGRM, ¿Desconoce que en los predios de la Universidad en esa reservas los cocaleros la tienen llena de coca?, el GOBERNADOR, ¿Tiene informe que en el Parque Amboro existe importantes sembradíos de la hoja de coca?, la FELCN, ¿Tiene informe que en SAN JULIAN hace tiempo hay sembradíos de coca y se ha convertido en un importantísimo centro de acopio y distribución de cocaína?, el Comité Cívico, ¿Conoce los permanentes asesinatos y atentados contra policías en la provincia de Yapacani? ¡Qué esperamos! ¿Que se convierta nuestras reservas en otro Chapare? Ésta con nuestra plena complicidad, comprometiendo el presente y despreciando el futuro, no debemos ser tan egoístas con nuestros hijos, que seguramente van sufrir por nuestro cobarde silencio.
Solo el 15% de la población lo justifica el narcotráfico, dice la ultima encuesta, el 65% lo condena, demostrando contundentemente que los Bolivianos jamás han tranzado sus valores con el delito y no consideran una opción de ingresos dedicarse a la actividad delincuencial del trafico de drogas. Vanos han sido los esfuerzos del Gobierno para cambiar la conciencia social, ni el cambio de la Constitución, donde han hecho uso y abuso de la redacción, exagerando en que toda la coca tiene una condición de sagrada, casi elevándola a condición de símbolo patrio, claro, sin hacer la diferencia de legalidad, entre la coca de los Yungas y del Chapare, han armado una serie de normas para evitar el cuestionamiento social, recurriendo al amedrentamiento para mantener el delito sumergido del escarnio público. Han roto relaciones diplomáticas, con falsos argumentos para no tener ningún tema de control internacional, han destituido a todas las autoridades que se encargaban de dar a conocer las estadísticas, alterándolas como ya sabemos todos, han generado campañas a través de todos los medios para distraer la atención de la devastación del Chapare y la quiebra de los emprendimientos agro productivos, los cuales han sido combatidos con todo tipo de chantajes y  juicios. Igual suerte ha corrido el sector hotelero, volviendo a ser el Chapare tierra de narcotraficantes, con ciudadanos temerosos y sometidos a los miedos del pasado, sin dios, ni ley, pero con el jefe de las seis federaciones de cocaleros EVO MORALES, que lo usó como dice el tango: “de su refugio dominguero” y recibir a sus inefables amigos del socialismo del siglo XXI.
Coca y política es el coctel que impera en Bolivia, contaminando con el mayor de los cinismos las instituciones rectoras y tutelares del Estado, no hay día que no se dé a conocer por los medios de prensa la detención de Bolivianos por tráfico de drogas, nada ni nadie detiene este espiral de histeria colectiva por salir de la pobreza de la noche a la mañana, familias destruidas, niños huérfanos, han vuelto a ser el pan nuestro de cada día en nuestra tierra, mientras las autoridades de este narco régimen, siguen anunciando con todas las pompas posibles, éxitos en la lucha contra las drogas que ni ellos pueden concebirlos, cada vez se va confirmando que este Gobierno es rojo por fuera y verde por dentro, de boca para fuera hablan de izquierda y derechas, pero en la realidad lo único que buscan desesperadamente es engañar a la Comunidad Internacional, retirándose de la convención de la ONU, cualquier otra estratagema que le permita seguir con el show, que ha  logrado estar a punto de recuperar el subcampeonato en la producción de cocaína en el mundo, “verdes por dentro”.
Termino por donde empecé afirmando que: oponerse a éste régimen es una obligación moral, debe ser siempre con la ley,  porque el Gobierno no la cumple, sus dirigentes han vivido siempre o en el delito o en la violencia, la indiferencia es una sentencia anticipada y la unidad una obligación permanente, debemos convertirnos en la conciencia de los sudamericanos, las denuncias nuestras armas contra este flagelo que por décadas ha oprimido, a las favelas en el Brasil, a las villas miseria en la Argentina, los pueblos jóvenes en el Perú, a la cuidad del Este en el Paraguay y la mayor parte del territorio nacional,  envenenando nuestro futuro, asesinando nuestro presente, que tanta sangre costó a nuestros libertadores. ¡Basta de seguir usando el indigenismo como herramienta retórica! ¡Basta ya de defender supuestas dignidades que solo favorezcan a los cocaleros y por ende a los narcotraficantes! Bolivia es, ha sido y va a ser por siempre la tierra del Dorado, llena de esperanza, bendecida por Dios y por el trabajo de su gente. VIVA BOLIVIA LIBRE DEL NARCOTARFICO.

“En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”. Gandhi.



GUIDO NAYAR PARADA
TWITTER@ Perse_ Guido

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