Apolo, donde
la muerte ha sido el medio y el encubrimiento el fin
MAS montaje. Cuatro muertos,
catorce heridos y mucho dolor el saldo trágico. Un repetido libreto que siempre
termina por donde debieron empezar. Cientos de policías armados cometiendo todo
tipo de abusos, llenos de odio y con fiscales que van encontrando nuevas
evidencias que conducen al fin buscado, con tan criminal improvisación
provocada, generando la distracción ansiada, de una opinión publica estremecida
una vez MAS.
Un gobierno eminentemente
cocalero, quien preside lleva MAS de veinticinco años defendiendo la hoja de
coca ilegal y 16 años de jefe de las federaciones cocaleras. Ha sido
protagonista, ejecutor y responsable de todo tipo de atentados contra los
erradicadores. Se hizo conocer por posar con cada fallecido en la zona y culpó
de todo a los que hoy mandó erradicar sin MAS.
Con semejantes antecedentes
y por demás conocimiento, como pueden negar que no sabían que sucedería si
llegaban los erradicadores a la zona de Miraflores del Municipio de Apolo. No
hay justificativo creíble, ni sorpresa justificada. Los mandaron a una muerte
segura, donde solo se desconocía cuántos iban a ser las víctimas fatales. No
existió nunca una posibilidad de un resultado distinto.
Durante la última década Evo
impulsado y garantizado la coca ilegal en los Yungas. Fueron los cocaleros
ilegales sus aliados incondicionales en elecciones, movilizaciones,
revocatorios y MAS. Sus promesas y el gran negocio de la hoja, transformó esta
zona en una bomba de tiempo. Todos conocían y sabían la gran peligrosidad si se
erradicaba sin un dispositivo de seguridad disuasivo.
¿Cómo se organiza y se
decide dónde erradicar? Existe una repartición de la lucha que se encarga de la
coca (Digeco), la cual tiene la tarea de sugerir varias opciones donde se
encuentren importantes cantidades de cocales concentrados y la coca es
excedentaria. Para luego dar paso a la inteligencia, que realizará una tarea en
el lugar y captura información complementaria. Estos pasos son previos, a la
movilización de la tropa y ubicación del campamento. Con éstas y otras
informaciones se procede o no al operativo. Contando con la dirección de la
fuerza de tareas conjuntas, integradas por policías de UMOPAR encargados de
brindar la seguridad y soldados del ejército
que son los erradicadores. Todos bajo las ordenes de un comando conjunto, que
siempre preside un jefe militar, su subcomandante es un jefe policial, más los
jefes de las unidades correspondientes. Éstos elaboran los planes y según las
orden superiores ejecutan las mismas. Siempre
se han tomado en cuenta la oportunidad y conveniencia, con el único fin de
evitar bajas y riesgos innecesarios.
Por respeto a la memoria de
todos los fallecidos y sus dolientes, no podemos aceptar semejante atrocidad
contra la vida. Jamás nos callaremos ante tan terrible montaje y maquiavelismo
criollo, lleno de sangre. Claro que sabemos que fueron obligados a ir y demandamos
conocer los nombres de quienes dieron la orden, tanto en el Ejercito como en la
Policía. El pueblo sabe que Evo y el ministro del área bajaron el pulgar.
La manipulación mediática,
meticulosamente diseñada para los medios oficialistas que son la mayoría en
Bolivia, ha sido activada inmediatamente consumada la emboscada. Han repetido
las acusaciones, hasta ahora rechazadas por el mismo gobierno durante años. "Que
son narcotraficantes los autores y la presencia de extranjeros o cárteles".
"Que la coca excedentaria va la narcotráfico". "Cercos
fronterizos para evitar escapen los narcos". Detenciones indiscriminadas y
con violencia excesiva. Aparición de fiscales y cientos de policías armados
hasta los dientes. Atemorizando a la gente y curiosamente descubriendo
"evidencias" de campamentos terroristas. ¿No sabían nada de todo lo
que han encontrado? ¿Por qué no fueron los policías para brindar la seguridad
necesaria? Parte del show y MAS impunidad. Sólo se acusa, pero no se asume las
responsabilidades de ley.
El gobierno de Evo sigue
sumando muertos en su cuantiosa lista y su interminable conteo de heridos desde
que empezó su gobierno el 2006. La promesa que iba ser un gobierno sin muertos
y el compromiso que renunciaría si existía uno, al parecer fue solo una mentira
y un engaño MAS. Desde el restablecimiento de la democracia, jamás existió un
gobierno que sea responsable de tantos muertos. Donde la barbarie de la
persecución política llegue al segundo lugar en Latinoamérica, solo después de
Cuba. Convirtiendo al país donde el linchamiento ocupa el segundo lugar en
Latinoamérica, solo después de Guatemala y para terminar este Rankin, no
podemos dejar de nombrar que Bolivia ocupa el último lugar en seguridad
alimentaria en Latinoamérica. Muerte, persecución y hambre, es la verdadera trilogía
del gobierno del MAS.
MAS muertes, millones
gastados en publicidad, otros tanto en poner en escena, MAS perseguidos,
detenidos y abusados. Un gobierno íntegramente dedicado amplificar la
confrontación y la muerte. Un operativo improvisado y conducido a la emboscada.
Todo para continuar encubriendo el añejo y multimillonario caso del desvío de hoja
de coca al narcotráfico, conocido como el caso Luis Cutipa. La magnitud y los
alcances que se desprende del desvío de coca, es el que deja al descubierto la verdadera política del gobierno de Evo
Morales: coca, narcotráfico y muerte.
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